martes, 8 de abril de 2008

Red Humanista por los Derechos Humanos

LOS DERECHOS HUMANOS EN EUROPA
Cuando hablamos de Derechos Humanos, estamos hablando siempre de derechos de la gente. Derechos a la salud, al trabajo, a la educación, a la libertad de expresión, a su sexualidad, a su jubilación, a oponerse a la violencia, a no querer guerras, a tener un futuro mejor para sí y para sus seres queridos.
Queremos una Europa donde se cumplan y se respeten los derechos humanos, cosa que hoy no se hace. No se cumplen para más de 12 millones de europeos que no tienen derecho al trabajo. Tampoco para los que trabajan pero de forma cada vez más precaria e inestable No se cumplen para más de 100 millones de europeos que no tienen una vivienda digna y segura. No se cumplen en el tema de libertades, pues cada vez hay más control y presión sobre el ciudadano. No se cumplen para los jóvenes que ven su futuro cada vez más cerrado y con menos posibilidades de participación social. Tampoco el ciudadano de a pie tiene posibilidades de acceder a los medios de comunicación, ni a una justicia rápida y gratuita, ni a una educación y salud de calidad, cuando se privatiza todo.
No se cumplen los derechos humanos con millones de inmigrantes en Europa a los que se niegan derechos mínimos mientras son explotados laboralmente. En Europa se discrimina por sexo, por creencias, por etnias, por edad, por nacionalidad. La Europa de los mercaderes ya está en marcha pero no la Europa de la gente y de sus pueblos. Queremos una Europa donde se cumplan y respeten los derechos humanos. No queremos una Europa tutelada por los EE.UU. que nos arrastra a la guerra contra nuestros hermanos europeos y al desastre. No queremos una Europa que vaya invadiendo países. Queremos una Europa libre y solidaria. Europa no se acaba en la U.E., quedan muchos países, con los que hoy no se cuenta, para construir la verdadera Europa.
Necesitamos intercambiar en este Foro sobre respuestas a dar para enfrentar las dificultades en el campo de los DDHH, elaborar propuestas y soluciones a los conflictos en todos los países aquí participantes, y poner estos temas en el centro de la discusión pública.
Al mismo tiempo ir armando un “mapa regional” con las distintas situaciones de salud, educación, discriminación, inmigrantes, cárceles, hambre, armamentos, etc. que junto al armado de una red entre países y organizaciones nos permitan dar una respuesta eficaz.

Lo que sucede en realidad es que no se discute el modelo de sociedad. Se da por hecho que nuestro sistema es el paradigma de los derechos humanos, que se trata de hacer mejoras progresivas y que en algún momento, no definido en calendario y dependiente de la economía, llegaremos a la igualdad, la solidaridad y la justicia.
¿Pero como llegaremos a ese idílico mundo si hoy se tratan desde la práctica de un doble lenguaje? Mientras que con una mano se proclaman los derechos universales, la solidaridad, la participación y el bienestar común, con la otra se abandera el neoliberalismo, la subordinación a las leyes de mercado, la competencia salvaje, la concentración económica en pocas manos y el individualismo a ultranza, quedando reducida la acción a la puesta en marcha de recursos materiales y humanos para cubrir situaciones de emergencia hasta donde lleguen “los presupuestos económicos” que siempre son escasos.
Esta subordinación de los derechos humanos a la economía, no es otra cosa que mantener y perpetuar el orden establecido de forma más sofisticada. En definitiva la ley propone pero la economía dispone, como si ambas, la ley y la economía, no tuvieran nada que ver entre sí. Esta falsa dicotomía entre la ley que es humana, y la economía que parece un ente con vida propia fuera de la acción humana, fundamentan todo tipo de deslealtades hacia los derechos humanos.
Son muchas las organizaciones que actúan en el campo de los derechos humanos hoy, tratando de paliar carencias asistenciales de la administración, y que movilizan recursos económicos, materiales y humanos, a nivel profesional y de la red de voluntariado social, que atienden a los problemas puntuales pero que no cuestionan el origen de tales problemas, porque se ven entorpecidas por la misma concepción: Se da por hecho que la riqueza esta en pocas manos y que hay que repartir las migajas entre el resto de la población, quedando reducido todo proyecto a poner parches a un sistema que viola de forma sistemática los mismos derechos que proclama.
No habrá una política social coherente mientras no se enfrente decididamente el modelo neoliberal que ahonda las distancias entre distintas capas de la población, perpetuando la antigua distinción entre “ricos y pobres” y que reduce los asuntos sociales a una función meramente asistencialista y benefactora sobre los ciudadanos de segunda clase que “deben ser ayudados” de forma paternalista por la administración, traicionando la universalidad de los derechos proclamados.

Afortunadamente el ser humano avanza en su desarrollo experimentando caminos de aciertos y errores.
Este momento histórico en que vivimos, a pesar del peligro y las amenazas que trae consigo, corresponde a un crecimiento, a un avance del ser humano que se está abriendo paso a un nuevo momento evolutivo.
Hay un principio rector de la conducta humana y que será un eje conductor del tema de los DDHH. Este Principio que se expresa como: “Trata a los demás como quieres ser tratado”, es un principio muy antiguo. Si se aplicara este principio moral por excelencia, no habría desigualdades, ni guerras, ni hambre, ni violencia. No habría manipulación, torturas, ni armas nucleares.
Si empezamos a tratar a otros como queremos ser tratados, además de hacer crecer nuestra libertad interna sin límite, podemos operar sobre la conducta de aquellos que tratan a otros como lo tratan a él.
Si nuestra aspiración es la plena vigencia de los derechos humanos, desde la situación en la que estamos hoy, debemos trabajar para modificar ese contexto, que es lo mismo que abrir el camino hacia la Nación Humana Universal.

Como dice Silo en su novena Carta a Mis amigos :
… “Digámoslo de una vez: aquí está en juego la concepción global del ser humano insuficientemente fundamentada por todas las posturas en pugna. La necesidad de tal concepción es evidente porque ni el Derecho en general, ni los derechos humanos en particular, podrán prevalecer si no se aclaran en su significado más profundo”.
…”Los derechos humanos no tienen la vigencia universal que seria deseable porque no dependen del poder universal del ser humano, sino del poder de una parte sobre el todo.
…”Los derechos humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro.
… “Estos derechos hoy son considerados como simples aspiraciones y no pueden ser plenamente vigentes dados los poderes establecidos. La Lucha por la plena vigencia de los derechos humanos lleva, necesariamente, al cuestionamiento de los poderes actuales orientando la acción hacia la sustitución de éstos por los poderes de una nueva sociedad humana.”

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